Qu es la lactancia materna?

June 2024 · 12 minute read

Bebé tomando el pecho de su madre

¿Qué es la lactancia materna?

La lactancia materna es el proceso por el que la madre alimenta a su hijo recién nacido a través de sus senos, que segregan leche inmediatamente después del parto, que debería ser el principal alimento del bebé al menos hasta los dos años.

Composición

La leche materna incluye todos los nutrientes que un recién nacido requiere hasta los seis meses de edad, por lo que será su único alimento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recoge en su libro La alimentación del lactante y del niño pequeño los componentes principales de la leche materna, que son:

Periodos de lactancia

La Guía Práctica para Padres de la Asociación Española de Pediatría (AEPED) establece dos periodos de lactancia teniendo en cuenta la edad del bebé. Como también recomienda la OMS, la lactancia materna puede extenderse hasta que el niño cumpla los dos años o incluso durante más tiempo si así lo desea la madre.

De cero a seis meses:

Durante este periodo la leche materna debe ser el único alimento del bebé, excepto si necesita algún tipo de suplemento vitamínico. No es necesario que el bebé tome agua u otro tipo de líquidos: según la OMS la propia leche materna contiene un 88 por ciento de agua, por lo que es suficiente para saciar al lactante. La leche materna tendrá variaciones durante este periodo en cuanto a su composición y cantidad, adaptándose a las necesidades del recién nacido.

Se llama calostro a la leche materna que se producen durante los dos o tres primeros días tras el parto. Esta leche contiene una mayor cantidad de proteínas y minerales. En adelante, la leche va reduciendo su porcentaje de proteínas y aumenta el contenido en grasas y lactosa.

En este periodo no hay que establecer un horario para amamantar, sino que el bebé tiene que ser alimentado cuando lo necesite. Generalmente se dan entre 10 y 12 tomas diarias que duran entre 10 y 20 minutos.

Desde los seis meses en adelante:

A partir de los seis meses, el niño comenzará a necesitar más alimento que el proporcionado por la leche materna. Esta sigue siendo igual de necesaria, y el aporte mínimo diario no debe bajar de los 500 mililitros. Las tomas suelen ser de cuatro o cinco por día hasta el primer año, y a partir de entonces se irán reduciendo de forma progresiva. Tanto la AEPED como la OMS recomiendan que la lactancia materna se mantenga un mínimo de dos años.

Una vez pasados estos años de recomendación, la madre puede seguir amamantando a su hijo todo el tiempo que desee. En el momento en que se decida llevar a cabo el destete, no se debe hacer de inmediato, sino que se tiene que reducir paulatinamente la frecuencia.

Bebés prematuros:

El pediatra determinará si un bebé prematuro puede ser amamantado o no, dependiendo del desarrollo que haya alcanzado. Mientras que algunos lo pueden hacer desde el momento de su nacimiento, para otros habrá que extraer la leche materna de las mamas y suministrarla a través de jeringuillas, sondas o biberones.

Las tomas de los bebés prematuros suelen ser más frecuentes de lo normal, y además no suelen succionar toda la leche que necesitan, por lo que es frecuente administrar posteriormente leche previamente extraída.

En algunas ocasiones, la madre puede dejar de producir la cantidad de leche necesaria para su hijo. En estos casos se recurre al método canguro, que consiste en el contacto directo entre la piel del neonato y la madre, lo que estimula la producción de leche.

Conservación de la leche

La leche de la madre puede extraerse de las mamas y conservarse, de forma que el bebé pueda alimentarse si la madre no puede estar presente en el momento en que lo pida. Además, cuando se produce más leche de la que el bebé necesita, es recomendable extraerla para evitar problemas como la ingurgitación o la mastitis.

Según el Comité de Lactancia de la AEPED, el calostro puede conservarse a temperatura ambiente durante 12 horas. La leche madura se mantiene en buen estado más tiempo, y dependiendo de la temperatura durará más o menos:

Se recomienda conservar la leche en recipientes de cristal bien limpios (no es necesario esterilizarlos) y no de plástico, ya que el plástico puede trasmitir sustancias con efectos adversos como los ftalatos o el bisfenol A.

En el caso de que se congele la leche, es recomendable llevar a cabo su descongelación sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente. Una vez descongelada, no se debe volver a congelar.

La leche puede adquirir un olor rancio en algunas ocasiones, algo que se puede evitar escaldando la leche y enfriándola rápidamente después. No obstante, la leche rancia no es perjudicial para el bebé, aunque generalmente suelen rechazarla por su olor o sabor.

Salud de la madre
 

Alimentación:

Según la AEPED, la dieta de la madre no tiene por qué verse alterada durante la lactancia si ya seguía una dieta equilibrada en cuanto a variedad y cantidad de alimentos, ya que el aporte de la energía para su hijo será suficiente. Aun así, la OMS recomienda que la mujer incremente en un 10 por ciento su ingesta de alimentos si no es físicamente activa, o en un 20 por ciento si realiza ejercicio de forma moderada o intensa habitualmente.

En ocasiones se recomienda aumentar la frecuencia de alimentos con ciertos componentes como el yodo, la vitamina B12 o la vitamina D, que pueden suplir carencias del bebé que puedan afectar a su desarrollo.

Ejercicio físico:

Las mujeres que realizan ejercicio de forma activa no tienen por qué modificar sus rutinas de ejercicio, pero en ningún caso se debe comenzar a realizar ejercicio de manera intensa si antes o durante el embarazo no se realizaba: el volumen de leche puede disminuir, además de aumentar el ácido láctico, lo que proporcionará a la leche un sabor amargo que el bebé podría rechazar.

A la hora de realizar deporte, se deben evitar aquellos que pudieran causar lesiones en las mamas, y para el resto se recomienda usar sujetadores deportivos, preferiblemente de algodón. Tampoco se recomienda la natación en las cinco o seis semanas posteriores al parto, pues existe riesgo de contraer una endometritis.

Consumo de tabaco, alcohol y cafeína:
 

Medicamentos:

El Comité de Lactancia Materna de la AEPED realizó en el año 2008 un informe titulado Lactancia y Medicamentos: Una compatibilidad casi siempre posible en el que establece que la mayoría de los medicamentos prescritos a mujeres lactantes no tienen ninguna interferencia con el amamantamiento.

Beneficios de la lactancia materna

Tanto la AEPED como la OMS abogan por la lactancia materna en lugar de la artificial, con base en diferentes estudios científicos que demuestran las ventajas que tiene la leche materna en la salud del bebé. Los nutrientes aportados por la leche materna son mejor absorbidos por los niños, aportan mejor las propiedades contra infecciones, o incluso, proporcionan efectos analgésicos.

La supervivencia del bebé también parece estar muy relacionada con el tipo de leche que los bebés toman durante sus primeros meses: según la OMS, los bebés que no reciben leche materna durante sus primeros meses de vida tienen entre seis y 10 veces más probabilidades de morir que los que sí la toman. Los niños alimentados de manera única por lactancia artificial también presentan mayor riesgo de contraer enfermedades o trastornos como la diabetes, la celiaquía, la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.

La madre también se beneficia de amamantar a su bebé en lugar de alimentarle con leche artificial: ofrecer leche materna reduce las posibilidades de una hemorragia postparto o de cáncer de mama o de ovario.

Problemas para amamantar
 

Problemas en las mamas:

Es posible que el bebé rechace la leche por problemas en las mamas. Estos son los más comunes:

Rechazo del bebé:

En ocasiones, el bebé se mostrará reacio a mamar de uno o de ambos senos. La mayoría de las veces esto se puede solucionar encontrando la causa que provoca el rechazo:

Generalmente, cambiando la posición para amamantar o al reforzar el contacto con la piel, el bebé volverá a succionar sin problemas; en cualquier caso, se puede consultar al pediatra para conseguir que el bebé vuelva a amamantar y evitar una ingurgitación.

Crisis de los tres meses:

Es posible que el bebé se muestre más inquieto en ciertos días cuando transcurren cerca de tres meses de su nacimiento. Esta inquietud se traduce en una mayor insistencia para mamar con repentinos agarres al seno, lloros o problemas a la hora de dormir.

Esto se debe a que el bebé está creciendo y, por lo tanto, su apetito crece al necesitar más alimento. En estos días, el número de tomas se verá aumentado, pero de forma natural las mamas producirán la leche necesaria para que el niño quede satisfecho. En ningún caso se debe recurrir a alimentar al bebé con leche artificial, ya que se puede producir una ingurgitación debido al acumulamiento de leche.

Mordidas:

La curiosidad del bebé con sus dientes recién desarrollados puede hacer que en ocasiones se produzcan pequeños mordiscos en el seno, que pueden causar dolor. Para evitarlo, se debe hacer entender al bebé que no puede hacerlo.

Para ello, se puede retirar al bebé del pecho en el momento de la mordida mientras se le dice “no” con semblante serio. Poco después, se puede seguir amamantando. Es posible que sea necesario repetir el proceso varias veces para que el niño entienda el mensaje.
 

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